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viernes, 28 de julio de 2017

Joel Peter Witkin ( 1939 )

Joel Peter Witkin (en el SP-Photofest Brasil)

Nació el 13 de septiembre de 1939 en Brooklyn,
Nueva York.


Su padre judío y su madre católica, se divorciaron cuando era joven debido a sus irreconcialiables diferencias religiosas. Tiene un hermano gemelo llamado Jerome Witkin, que es pintor. Trabajó como fotógrafo de guerra entre 1961 y 1964 en la Guerra de Vietnam. En 1967 decidió trabajar como fotógrafo freelance y se convirtió en el fotógrafo oficial de City Walls Inc. Estudió después escultura en la Cooper School Of Fine Arts de Brooklyn donde consiguió un título en artes en 1974. Después de que la Universidad de Columbia le concediera una beca terminó sus estudios en la Universidad de Nuevo México en Albuquerque donde consiguió su Master en Bellas Artes.

Según el propio Witkin su particular visión y sensibilidad provienen de un episodio que presenció siendo pequeño, un accidente automovilístico en el que una niña resultó decapitada. También cita las dificultades en su familia como una influencia. Su artista favorito y gran influencia es Giotto.

Sus fotos suelen involucrar temas y cosas tales como muerte, sexo, cadáveres (o partes de ellos) y personas marginales como enanos, transexuales, hermafroditas o gente con deformaciones físicas. Sus complejos tableauxs a menudo evocan pasajes bíblicos o pinturas famosas. Esta naturaleza transgresora de su arte ha consternado a la opinión pública en repetidas ocasiones y ha provocado que lo acusen de explotador y que haya sido marginado como artista en diversas ocasiones. Su acercamiento al proceso físico de la fotografía es altamente intuitivo que incluye manchar o rayar el negativo y una técnica de impresión con las manos en los químicos. Esta experimentación comenzó luego de ver un ambrotipo del siglo XIX de una mujer y su amante quien había sido arrancado.

En 1994 Witkin explicó lo siguiente en Seattle Times: «Mi trabajo muestra que mi trayectoria es apropiada para una persona despreocupada y amorosa.» Mientras que el Arte Pop de intelectuales devoró su trabajo, según una tendencia excelente, Lacan/Foucault estaba inspirado en terminar las críticas postmodernas, y Witkin en su búsqueda por lo divino no tocó para nada a la Coalición Cristiana. Cotizándose por objeto 20,000 dlls, la NEA le garantiza a Witkin haberlo recibido en 1992, además la NEA destaca negativamente en impreso de Witkin El testículo

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Si la fotografía es el arte de fijar una sombra, el vidrio es el medio que transfiere esa sombra a la película. Para Joel-Peter Witkin, cuyos cuadros elaborados contienen una reverberación extrema entre la vida y la muerte, el vidrio encierra poderosas asociaciones. Oldenburg, dice Witkin,  «describió una vez al vidrio como un 'relámpago atrapado en la arena'. » Un día antes de que se presentara la retrospectiva de Witkin en el Museo Guggenheim de Nueva York, habló con Michael Sand acerca de la fotografía, la moralidad, y los restos de seres humanos.

VIDRIO

Mi padre tuvo cuatro hermanos, todos eran vidrieros, a mi me incluía en el trabajo de ellos. Mi primer trabajo consistió en romper vidrio con unos polines, para que luego el pudiera reponerlo. Así que el trabajo consistió en simplemente romper vidrios. Naturalmente que no teníamos protección, algo así como goggles por ejemplo. Durante las primeras dos o tres horas de estar rompiendo vidrios se me metió una astilla en el ojo. Mi padre la saco. Tenía unas manos inmensas. Me dobló el párpado para atrás con el palito de un fósforo de madera-- sus manos olían a mastique, puros y mugre - y me retiro la astilla. Esa astilla se había incrustado en la parte blanca del ojo, y yo me estaba volviendo loco. Sin embargo, esta fue la comunicación mas cercana que tuve con mi padre, salvo cuando venía a la casa para hablar con mi madre. Hablaban de cosas de dinero porque el tenía que pagarle la alimentación de la familia. También venía de visita y mostraba fotos extrañas.

Me llevó a un lado y me mostraba recortes de la revista Life, o Look, de periódicos como el Daily Mirror o The News ( no era un lector del New York Times). Yo debo de haber tenido como cinco años, y sabía cuando me mostraba esas fotografías que el me estaba diciendo que el no podía hacerlas, pero que tal vez una parte de el si pudiera hacerlo, por mi conducto. Sin decirlo, yo lo miraba y sabía, que el sabía que yo podía intentarlo.

Pienso que lo que hace que una imagen sea poderosa, es que a diferencia de otros medios, como el vídeo o el cine, aquí se trata de la quietud. Pienso que alguien que se hace fotógrafo es porque quieren absorberlo todo y comprimirlo a que quede en una imagen fija. Cuando realmente quieres decirle algo a alguien, los agarras, los tomas y abrazas. Eso es lo que ocurre con la imagen fija.

HOMBRE DE VIDRIO




Nacemos desnudos. En realidad deberíamos vivir desnudos -- no lo digo literalmente, sino en términos de honestidad y franqueza. He visto cientos de personas sobre las losas, y ocasionalmente veo una mujer que aun es hermosa-- y eso es muy muy impresionante. Tiene un impacto muy fuerte porque esta uno mirando les restos de una vida humana, o la evidencia de lo que fue una vida.

Me quedé cuatro días adicionales en la Ciudad de México, cuando estuve haciendo la imagen del Hombre de Vidrio porque no lograba encontrar el cuerpo que requería. Cuando llegan los cuerpos traídos de la calle, existe la duda de como es que murieron. La gente de la calle puede ser que se la encuentre hasta días después de haber fallecido, lo cual dificulta encontrar la razón de su muerte.

En sus camionetas blancas, choferes de la morgue hacen recorridos a diario para recoger cadáveres. Cuando los encuentran, éstos son lanzados sobre la camilla boca abajo. Sus narices se rompen en ocasiones, apilan hasta seis cadáveres uno encima del otro, algunos bastante inflados. Se les toma su identidad, se les retira su ropa y se mantiene un registro.

Al quedarme esos días adicionales en la Ciudad de México, intuí que algo iba a ocurrir. Me pasaron una llamada telefónica de que habían recogido a cuatro hombres, en la última ronda del último del día antes de partir. Me dirigí al hospital con mi interprete y me fui a tomar fotografías. Uno de los muertos había sido atropellado por un automóvil, y no estaba en muy buenas condiciones. Otro de los hombres ya era una personas de edad, no me resultaba. Otro más había muerto de las cuchilladas recibidas. Los camilleros cuidaron de que no se les rompieran las narices, por tratar de ayudarme. El último de los cadáveres, era de un punk el cual visualmente no me resultaba muy interesante.

Para algunas personas la evidencia de su alma esta allí o no, a la hora de la muerte. Por eso cuando vi a este último de los cuatro cadáveres, dije, con este me quedo. Esto era alrededor de Navidad, y los mexicanos estaban afuera celebrando y preparándose para las vacaciones.

Allí estoy en una habitación con ese cadáver. Lo estoy tratando de posar, le coloco un pescado en sus manos a manera de elemento visual, tomo una lectura de la luz y procedo a tomar unas fotografías solo como un registro. Pido que procedan con la autopsia que le hacen a los cadáveres. Tan pronto como le hacen la autopsia comienza a cambiar. El esta en la mesa, y comienza a transformarse. Volteo para hablar con mi interprete, quien es un hombre muy inteligente, y ambos hemos visto lo mismo. Y el me dice: « Le están haciendo el juicio, en este momento» . De repente dejo de ser un punk. Delante de nosotros sufrió esa transformación en la mesa de la autopsia. Les pido a los técnicos que no lo laven que le dejen toda la sangre que provino de la sutura. Generalmente abren la cabeza y retiran el cerebro. Algunas veces regresan el cerebro, en otras solo colocan una toalla de papel, o tal vez las Ultimas Noticias para mantener la forma de la piel. En esta ocasión regresaron el cerebro. Cuando estaban manejando la masa encefálica de un lado al otro, dije: «Mira ese cerebro- puede ser que haya contenido pensamientos de maldad, y como sea que haya sido juzgado, ahora ya tiene una presencia distinta».

Cuando me lo regresaron, lo coloque en una silla y le tome unos retratos allí sentado. Luego me pase con el una hora y media hasta que se vio como San Sebastián. Se miraba como una persona que tenía elegancia. Sus dedos, lo juro, habían crecido como cincuenta porciento. Se veía elegantes. Eran los dedos mas elongados que le haya yo jamas visto a un hombre. Parecía que deseaban alcanzar la eternidad.

MORAL Y MORTANDAD

Pienso que la mayoría de las personas no están conscientes que la mortalidad tiene que ver con la vida y la muerte. Desde luego que no todo tiene que ver con el trabajo duro de la existencia, si no de lo que ocurre en la vida.

Cada momento es una decisión moral. Hay un código de moralidad en cada uno de nuestros corazones, y es una cuestión de encontrar nuestros destinos y el propósito de esos destinos. Esta vida es un sitio para ensayar, debiera de ser un ensayo sublime.

Seamus Heany, que recién acaba de ganar el premio Nobel de literatura, dijo «La finalidad del arte es la paz». Me parece una frase admirable. La razón por la que vamos a Museos y la razón por la que admiramos cosas bellas es porque ya no hay muchas cosas bellas allá afuera. Pienso que los Museos se han convertido en un especie de nuevo centro religioso, como centro espiritual de la vida secular.

Hay esta gran historia que me dijeron acerca de un andariego que iba por el desierto. Y en uno de sus recorridos de repente escucha a la distancia el choque de acero contra rocas. Se dirige hacia el sitio de donde parten esos ruidos, y se encuentra a dos hombres rompiendo piedras en el desierto. Se acerca a uno que al parecer estaba muy enojado, y le pregunta ¿ que estas haciendo ? y el hombre responde  «estoy rompiendo piedras». El andariego se acerca al otro hombre que también estaba haciendo lo mismo, pero que no estaba enojado, y al preguntarle que era lo que el estaba haciendo, le respondió «estoy construyendo una catedral».

Michael Sand

Originalmente publicado en la revista WORLD ART/96.




The Raft of George W. Bush, 2006, 2006

lunes, 3 de julio de 2017

Burt Glinn (1925-2008)





Burt Glinn (Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos, 23 de julio de 1925 - 9 de abril de 2008) fue un fotógrafo estadounidense.

Estudió Literatura en Harvard, trabajó en la revista Life y posteriormente entró a formar parte de la agencia Magnum. Fue un importante retratista y reportero político durante la guerra fría. Entre sus trabajos más conocidos se encuentran las fotos de la entrada en La Habana de Fidel Castro en 1959 y la foto a Nikita Jrushchov en su visita al memorial de Lincoln en Washington, también en 1959.

Murió en 2008 víctima de una neumonía.



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Havana, Cuba, 1959. A young soldier speaking to a woman during the revolution.


London, England. 1960. Opening of the Picasso Retrospective at the Tate Gallery.


New York, New York. 1956. Marilyn Monroe and John Huston.


Chicago, Illinois. 1966. Hugh Hefner working at the Playboy Mansion.


New York, New York. 1957. Allen Ginsberg, Gregory Corso and Barney Rosset in Washington Square Park.


Elizabeth Taylor on the film set of, Suddenly Last Summer. 1959., 1959 by Burt Glinn


martes, 20 de junio de 2017

Herbert List (1903-1975)



Herbert List .- (7 de octubre de 1903 - 4 de abril de 1975) fue un fotógrafo alemán, conocido por sus colaboraciones en las revistas Vogue, Harper's Bazaar y Life y por sus trabajos sobre desnudos masculinos. Fue seleccionado para participar en la exposición The family of man en el MOMA en 1955.

Nació en Hamburgo en 1903 y estudió en la escuela Johanneum de la ciudad entre 1912 y 1920 hasta obtener el bachillerato. Después realizó estudios de historia de la literatura en la Universidad de Heidelberg y tras finalizarlos regresó a Hamburgo en 1924, incorporándose como aprendiz en el negocio de importación de café que su padre dirigía. Hasta 1929 estuvo realizando viajes comerciales a Brasil, Guatemala, Costa Rica y El Salvador, al regresar a Alemania se convirtió en asociado de List & Heineken que era el nombre del negocio paterno.

Empezó a interesarse por la fotografía animado por Andreas Feininger en 1930 tras conocer el trabajo visual de René Magritte, Man Ray y Giorgio de Chirico, por ello su trabajo se inició bajo el prisma del surrealismo. En 1935 dejó el trabajo en su empresa y se trasladó a París y a la año siguiente a Londres, donde montó un estudio fotográfico en 1938 y comenzó a vender sus fotos para revistas como Vogue, Harper's Bazaar y Life. En 1945 regresó a Múnich y en 1948 se convirtió en editor de arte de la revista Heute que publicaban los aliados. En los años siguientes, hasta 1962, estuvo viajando y visitando países como Grecia, España, Italia, Francia, México y el Caribe, y publicando en diversas revistas: Heute, Época, Look, Harper's Bazaar, Flair, Picture Post y Life. Aunque estuvo asociado a la Agencia Magnum realizó pocos encargos para élla.

En 1964 recibió la medalla David Octavius Hill de la Sociedad alemana de fotografía. En sus últimos años de vida realizó numerosas exposiciones en ciudades como Londres, Múnich, Düsseldorf, Zúrich, Milán y Nueva York. Murió en Múnich el 4 de abril de 1975.

Su obra se suele denominar como fotografía metafísica, como si naciese misteriosamente del interior, pero de un modo especial está considerado como uno de los más importantes fotógrafos del homoerotismo y gran cantidad de sus fotos tratan el desnudo masculino en blanco y negro. Se han realizado numerosas exposiciones retrospectivas, un ejemplo fue la llamada Herbert List, el ojo mágico que estuvo en la Fundación la Caixa y el IVAM entre enero y marzo de 2000.



Termini Station Rome 1950.


Ghosts from the Sea - Korinth - 1939





Turm des Palazzo Vecchio Tower of the Palazzo Vechio - Florence 


domingo, 30 de marzo de 2014

Margaret Bourke-White (1904-1971)


«La fotografía es una cosa muy sutil. Debes dejar que la cámara te lleve de la mano y te guíe hacia tu objetivo.»

Encaramada sobre una de las aguilas del edificio Chrisler

Margaret Bourke-White (1904-1971) nació en Nueva York el 14 de junio de 1904. Se interesó por la fotografía cuando estudiaba en la Universidad de Cornell. Fue alumna de Clarence H. White en la Universidad de Columbia y después abrió su estudio en Cleveland donde se especializó en la fotografía arquitectónica. Fue la primera mujer corresponsal de guerra (y la primera a la que se le permitió trabajar en zonas de combate en la Segunda Guerra Mundial) y la primera mujer fotógrafa que trabajó para la revista Life, dirigida por Henry Luce. Una fotografía suya fue tapa de la primera edición, el 23 de noviembre de 1936.

Era una mujer de izquierdas que hizo varios viajes a la antigua Unión soviética (URSS). En 1930 fue la primera fotógrafa occidental a la que se le permitió fotografiar la industria soviética. En 1931 publicó Eyes on Russia. Profundamente sensibilizada por la depresión en el país llegó a interesarse por la política.

Se casó con Erskine Caldwell en 1939 y fueron los únicos periodistas extranjeros en la ocupada URSS tras la invasión del ejército alemán en 1941.

En la primavera de 1945, viajó a través de una Alemania destruida con el Gral. George S. Patton. Cuando llegó a Buchenwald, el tristemente famoso campo de concentración, luego de registrar los restos, dijo: «Usar una cámara era casi un alivio. Esta interponía una ligera barrera entre el horror en frente mío y yo misma." Después de la guerra, produjo un libro titulado» Dear Fatherland, Rest Quietly, un proyecto que le ayudó a entender la brutalidad de la que había sido testigo durante y después de la guerra.

Tras la Segunda Guerra Mundial se interesó por la campaña de la no violencia impulsada por Gandhi.

Finalmente, Margaret Bourke-White acabó adelantando al mundo en el que le tocó vivir: el conservadurismo estadounidense de posguerra condicionó e incluso acabó con carreras profesionales y vidas personales mucho menos significadas ideológicamente que las de esta fotógrafa que reivindicaba el fin del sufrimiento en todas sus formas, tanto violentas como económicas. Sus viajes a la Unión Soviética fueron como un trapo rojo agitado frente al tenaz senador encargado de enderezar la moralidad de los estadounidenses más sospechosos. A Joseph McCarthy, desde luego, documentación no le faltó: el FBI entregó diligentemente a la comisión de escrutinio toda la documentación que había acumulado sobre Margaret Bourke-White desde 1930, fecha en la que una fotógrafa de 26 años comenzó a parecerle sospechosa a la todopoderosa agencia. Finalmente, las montañas de expedientes demostraron su reiterado contacto con diversas organizaciones para la extensión de los derechos civiles y políticos. Inicialmente, la neoyorquina trató de seguir haciendo su trabajo a pesar de las crecientes reticencias que despertaba y, aunque aún tuvo tiempo de viajar a Sudáfrica para contemplar las miserias del apartheid, finalmente fue incluida en la relación de artistas significados como comunistas por los diversos comités que controlaban las actividades antiamericanas.

Al ostracismo social sobrevino rápidamente la merma de su salud: en 1953, a la edad de 49 años, Margaret Bourke-White comenzó a manifestar los primeros síntomas del párkinson que acabaría con su vida. Tras el definitivo diagnóstico luchó infructuosamente contra el avance de la enfermedad, hasta que se retiró definitivamente y redactó, durante seis años, su autobiografía. Aparentemente, Margaret Bourke-White sufrió mucho sus últimos años de vida: denostada políticamente, fue perdiendo progresivamente el habla y su tratamiento consumió rápidamente los escasos ahorros que no había entregado a la beneficencia. Finalmente, fue ella quien debió ser asistida por las organizaciones con las que tanto colaboró. Sin embargo, hasta entonces, Margaret Bourke-White vivió, y murió, de un mismo modo: tal y como ella quiso hacerlo. Y puede que, en realidad, ese haya sido el mayor logro de una mujer que dedicó por completo su vida a retratar los horrores de la primera mitad del siglo XX.

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El retrato de Joseph Stalin es, por la importancia del modelo, una de las instantáneas más populares de Margaret Bourke-White. Sobre su encuentro con el máximo mandatario soviético la fotógrafa neoyorquina recordaba años después lo siguiente: «Me dije a mí misma que no podía irme de allí sin una foto de Stalin sonriendo. Pero, cuando le vi, me dio la impresión de que su cara estaba esculpida en piedra. No pensaba mostrar ningún tipo de emoción. Me volví loca tratando de conseguirlo: me tiré al suelo y adquirí todo tipo de posiciones absurdas tratando de conseguir un buen ángulo. Stalin observaba mis esfuerzos y finalmente esbozó algo parecido a una sonrisa, así que conseguí mi foto. Probablemente nunca había visto una fotógrafa tan joven y le debieron de divertir mis contorsiones».

Aunque no es una sonrisa resplandeciente, efectivamente Stalin debió de divertirse en aquel encuentro, ya que al término del mismo insistió en ayudar personalmente a Bourke-White a sacar su equipo del Kremlin. Este incuestionable éxito catapultó a la neoyorquina hasta la revista Life, la principal cabecera del grupo en el que trabajaba.

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«Las fotos pueden ser bellas. Pero también deben decir la verdad»
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London at Night, A Drinking Fountain at the Junction of Hamilton Terrace and Park Lane, 1939


New York  1930


Cocktails on Gorky Street. Moscow



Cola para la beneficiencia durante la Gran Depresión





1945,prisioneros de guerra en Alemania previo a la liberación por las fuerzas Estadounidenses. Campo de prisioneros Betchwald Alemania



Cuchillas de arado. Indiana, Estados Unidos. 1930.


Escolares. Región del Volga. URSS. 1931


Niños paramilitares. Checoslovaquia. 1937









Dr Kurt Lisso, Leipzig’s city treasurer, and his wife and daughter after taking poison to avoid surrender to U.S. troops, Leipzig, 1945.




sábado, 15 de marzo de 2014

Richard Avedon (1923-2004)

«I know that the accident of my being a photographer has made my life possible.»

Avedon nació en la ciudad de Nueva York en una familia judía. Era el único hijo de Jacob Israel Avedon, un inmigrante nacido en Rusia que tenía una tienda de ropa en Quinta Avenida,2 Su madre era Anna, que pertenecía a una familia propietaria de una empresa de manufactura textil. Él acudió al colegio DeWitt Clinton en el Bronx, donde calaboró en el periódico escolar The Magpie con el escritor James Baldwin desde 1937 a 1940.3 Después de asistir durante un tiempo en la Universidad de Columbia, comenzó su carrera como fotógrafo, trabajando para la Marina Mercante en 1942, tomando fotografías de identificación  de los miembros de las tripulaciones. Estas fotografías las realizó con una cámara Rolleiflex que le había dado su padre como regalo de despedida. De 1944 a 1950, estudió con Alexey Brodovitch en su laboratorio en la New School for Social Research.

Connotado  fotógrafo de modas y gran retratista, comenzó su carrera profesional en los años 1950 realizando espléndidos trabajos de moda para la revista Harper's Bazaar, donde acabó convirtiéndose en Jefe de Fotografía. Posteriormente, habría de colaborar igualmente con otras revistas como Vogue, Life y Look. Sin duda alguna, fue el gran fotógrafo de la moda durante los años 1960 y 70. En sus trabajos consiguió elevar la fotografía de moda al rango de lo artístico, al conseguir acabar con el mito de que los modelos debían proyectar indiferencia o sumisión. Por el contrario, en sus fotografías los modelos eran personajes libres y creativos en sus gestos dentro de escenarios dinámicos y bajo esquemas compositivos previamente decididos.

En los años 1960, Avedon se reveló como un artista comprometido con las inquietudes sociales de su tiempo. Durante el año de 1963 fotografió el Movimiento por los Derechos Civiles en el sur de los Estados Unidos, colaborando en los siguientes años con James Baldwin en el libro Nothing personal. A finales de los 1960 y principios de los 1970, Avedon realizó reportajes sobre líderes militares y víctimas en la Guerra de Vietnam y manifestaciones anti-guerra en los Estados Unidos para el diario New York Times. En la Navidad de 1989-1990 viajó a Alemania para documentar una ciudad dividida en dos mundos diferentes la noche en que caía el Muro de Berlín.

Sus retratos, aparentemente sencillos pero profundamente psicológicos, de personalidades famosas y desconocidas posando frente a un inmaculado fondo blanco, muestran a un cuidadoso fotógrafo capaz de plasmar en papel fotográfico rasgos inesperados de los rostros de personajes de la envergadura de Truman Capote, Henry Miller, Humphrey Bogart o Marilyn Monroe, entre muchos otros. Su método era sencillo pero efectivo, la derrota anímica del contrario fotografiado a través de largas y cansadas sesiones de hasta cuatro horas. Así desnudo, el retratado e indefenso era capaz de mostrar su personalidad más sincera.

En el año 1979 comenzó el que habría de convertirse en uno de sus trabajos más importantes. Por encargo del Museo Amon Carter, de Fort Worth, Texas, Avedon dedicó cinco años a recorrer el oeste de los Estados Unidos para documentar a las personas que nunca escribirían la historia de su país. En esta obra, titulada In the american west, nos presenta a granjeros, mineros, vagabundos, prostitutas, amas de casa, presos, vaqueros de rodeo o empleados de pequeñas oficinas, etc. en fotografías de gran formato tomadas con luz de día, al aire libre y como siempre, ante un fondo blanco. Nada hay en ellos del sueño americano o de la tierra prometida, pero son retratos de individuos que han sido observados y artísticamente elevados por la cámara de Avedon mediante una composición sobria, logrando así una considerable fuerza expresiva.

Al término del proyecto, Avedon había recorrido un total de 189 poblaciones en 17 estados; había fotografiado a 752 personas utilizando alrededor de 17.000 placas de película. De ésta colección, escogió 123 retratos que conformarían la serie In the american west 1979 – 1984.

Además del gran formato utilizado para sus fotografías de moda o retratos, desarrolló una obra en paralelo, utilizando el paso universal, que refleja sus vivencias más personales, como viajes o recuerdos familiares.

Algo muy profundo subyace a lo largo de toda la obra de Avedon y, sin embargo, no siempre se ha acertado a concretar en los trabajos realizados en torno a su figura. Es una preocupación sincera, pero a veces elegantemente obsesiva. El tiempo, la vejez y sus tensiones, resulta ser el motivo fundamental en la obra de Avedon. Vemos en su arte cómo nos habla directamente del paso del tiempo y su influencia en el ser humano, y, cómo no, del camino hacia la muerte. Son esos retratos descontextualizados que aparecen ante la cámara sin maquillaje, fatigados o tristes, tal y como se encontraban en ese momento, los que claramente denotan esta inquietud. El final de su libro Portraits (1976), por ejemplo, culmina de forma tremenda pero magistralmente tratada con una serie de siete fotografías de su padre envejeciendo gradualmente hasta que parece haberse integrado en la luz que le rodea.

El 25 de septiembre de 2004 Avedon sufrió una hemorragia cerebral en San Antonio, Texas, mientras se encontraba en una sesión fotográfica para un proyecto encargado por la revista The New Yorker, el cual se titulaba «On democracy», y se enfocaba en el proceso electoral del 2004 en los Estados Unidos; se trataba de retratos de candidatos, delegados de las convenciones nacionales, entre otros involucrados en el tema. Murió en la misma ciudad el 1 de octubre de ese año a consecuencia de las complicaciones médicas.

En el año 1991 recibió el Premio internacional de la fundación Hasselblad


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I don't really remember the day when I stood behind my camera with Henry Kissinger on the other side. I am sure he doesn't remember it either. But this photograph is here now to prove that no amount of kindness on my part could make this photograph mean exactly what he.. or even I.. wanted it to mean. It's a reminder of the wonder and terror that is a photograph.



A photographic portrait is a picture of someone who knows he's being photographed, and what he does with this knowledge is as much a part of the photograph as what he's wearing or how he looks. He's implicated in what's happening, and he has a certain real power over the result.




























Lauren Hutton 1968