Nació el 13 de septiembre de 1939 en Brooklyn,
Nueva York.
Su padre judío y su madre católica, se divorciaron cuando era joven debido a sus irreconcialiables diferencias religiosas. Tiene un hermano gemelo llamado Jerome Witkin, que es pintor. Trabajó como fotógrafo de guerra entre 1961 y 1964 en la Guerra de Vietnam. En 1967 decidió trabajar como fotógrafo freelance y se convirtió en el fotógrafo oficial de City Walls Inc. Estudió después escultura en la Cooper School Of Fine Arts de Brooklyn donde consiguió un título en artes en 1974. Después de que la Universidad de Columbia le concediera una beca terminó sus estudios en la Universidad de Nuevo México en Albuquerque donde consiguió su Master en Bellas Artes.
Según el propio Witkin su particular visión y sensibilidad provienen de un episodio que presenció siendo pequeño, un accidente automovilístico en el que una niña resultó decapitada. También cita las dificultades en su familia como una influencia. Su artista favorito y gran influencia es Giotto.
Sus fotos suelen involucrar temas y cosas tales como muerte, sexo, cadáveres (o partes de ellos) y personas marginales como enanos, transexuales, hermafroditas o gente con deformaciones físicas. Sus complejos tableauxs a menudo evocan pasajes bíblicos o pinturas famosas. Esta naturaleza transgresora de su arte ha consternado a la opinión pública en repetidas ocasiones y ha provocado que lo acusen de explotador y que haya sido marginado como artista en diversas ocasiones. Su acercamiento al proceso físico de la fotografía es altamente intuitivo que incluye manchar o rayar el negativo y una técnica de impresión con las manos en los químicos. Esta experimentación comenzó luego de ver un ambrotipo del siglo XIX de una mujer y su amante quien había sido arrancado.
En 1994 Witkin explicó lo siguiente en Seattle Times: «Mi trabajo muestra que mi trayectoria es apropiada para una persona despreocupada y amorosa.» Mientras que el Arte Pop de intelectuales devoró su trabajo, según una tendencia excelente, Lacan/Foucault estaba inspirado en terminar las críticas postmodernas, y Witkin en su búsqueda por lo divino no tocó para nada a la Coalición Cristiana. Cotizándose por objeto 20,000 dlls, la NEA le garantiza a Witkin haberlo recibido en 1992, además la NEA destaca negativamente en impreso de Witkin El testículo
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Si la fotografía es el arte de fijar una sombra, el vidrio es el medio que transfiere esa sombra a la película. Para Joel-Peter Witkin, cuyos cuadros elaborados contienen una reverberación extrema entre la vida y la muerte, el vidrio encierra poderosas asociaciones. Oldenburg, dice Witkin, «describió una vez al vidrio como un 'relámpago atrapado en la arena'. » Un día antes de que se presentara la retrospectiva de Witkin en el Museo Guggenheim de Nueva York, habló con Michael Sand acerca de la fotografía, la moralidad, y los restos de seres humanos.
VIDRIO
Mi padre tuvo cuatro hermanos, todos eran vidrieros, a mi me incluía en el trabajo de ellos. Mi primer trabajo consistió en romper vidrio con unos polines, para que luego el pudiera reponerlo. Así que el trabajo consistió en simplemente romper vidrios. Naturalmente que no teníamos protección, algo así como goggles por ejemplo. Durante las primeras dos o tres horas de estar rompiendo vidrios se me metió una astilla en el ojo. Mi padre la saco. Tenía unas manos inmensas. Me dobló el párpado para atrás con el palito de un fósforo de madera-- sus manos olían a mastique, puros y mugre - y me retiro la astilla. Esa astilla se había incrustado en la parte blanca del ojo, y yo me estaba volviendo loco. Sin embargo, esta fue la comunicación mas cercana que tuve con mi padre, salvo cuando venía a la casa para hablar con mi madre. Hablaban de cosas de dinero porque el tenía que pagarle la alimentación de la familia. También venía de visita y mostraba fotos extrañas.
Me llevó a un lado y me mostraba recortes de la revista Life, o Look, de periódicos como el Daily Mirror o The News ( no era un lector del New York Times). Yo debo de haber tenido como cinco años, y sabía cuando me mostraba esas fotografías que el me estaba diciendo que el no podía hacerlas, pero que tal vez una parte de el si pudiera hacerlo, por mi conducto. Sin decirlo, yo lo miraba y sabía, que el sabía que yo podía intentarlo.
Pienso que lo que hace que una imagen sea poderosa, es que a diferencia de otros medios, como el vídeo o el cine, aquí se trata de la quietud. Pienso que alguien que se hace fotógrafo es porque quieren absorberlo todo y comprimirlo a que quede en una imagen fija. Cuando realmente quieres decirle algo a alguien, los agarras, los tomas y abrazas. Eso es lo que ocurre con la imagen fija.
HOMBRE DE VIDRIO
Nacemos desnudos. En realidad deberíamos vivir desnudos -- no lo digo literalmente, sino en términos de honestidad y franqueza. He visto cientos de personas sobre las losas, y ocasionalmente veo una mujer que aun es hermosa-- y eso es muy muy impresionante. Tiene un impacto muy fuerte porque esta uno mirando les restos de una vida humana, o la evidencia de lo que fue una vida.
Me quedé cuatro días adicionales en la Ciudad de México, cuando estuve haciendo la imagen del Hombre de Vidrio porque no lograba encontrar el cuerpo que requería. Cuando llegan los cuerpos traídos de la calle, existe la duda de como es que murieron. La gente de la calle puede ser que se la encuentre hasta días después de haber fallecido, lo cual dificulta encontrar la razón de su muerte.
En sus camionetas blancas, choferes de la morgue hacen recorridos a diario para recoger cadáveres. Cuando los encuentran, éstos son lanzados sobre la camilla boca abajo. Sus narices se rompen en ocasiones, apilan hasta seis cadáveres uno encima del otro, algunos bastante inflados. Se les toma su identidad, se les retira su ropa y se mantiene un registro.
Al quedarme esos días adicionales en la Ciudad de México, intuí que algo iba a ocurrir. Me pasaron una llamada telefónica de que habían recogido a cuatro hombres, en la última ronda del último del día antes de partir. Me dirigí al hospital con mi interprete y me fui a tomar fotografías. Uno de los muertos había sido atropellado por un automóvil, y no estaba en muy buenas condiciones. Otro de los hombres ya era una personas de edad, no me resultaba. Otro más había muerto de las cuchilladas recibidas. Los camilleros cuidaron de que no se les rompieran las narices, por tratar de ayudarme. El último de los cadáveres, era de un punk el cual visualmente no me resultaba muy interesante.
Para algunas personas la evidencia de su alma esta allí o no, a la hora de la muerte. Por eso cuando vi a este último de los cuatro cadáveres, dije, con este me quedo. Esto era alrededor de Navidad, y los mexicanos estaban afuera celebrando y preparándose para las vacaciones.
Allí estoy en una habitación con ese cadáver. Lo estoy tratando de posar, le coloco un pescado en sus manos a manera de elemento visual, tomo una lectura de la luz y procedo a tomar unas fotografías solo como un registro. Pido que procedan con la autopsia que le hacen a los cadáveres. Tan pronto como le hacen la autopsia comienza a cambiar. El esta en la mesa, y comienza a transformarse. Volteo para hablar con mi interprete, quien es un hombre muy inteligente, y ambos hemos visto lo mismo. Y el me dice: « Le están haciendo el juicio, en este momento» . De repente dejo de ser un punk. Delante de nosotros sufrió esa transformación en la mesa de la autopsia. Les pido a los técnicos que no lo laven que le dejen toda la sangre que provino de la sutura. Generalmente abren la cabeza y retiran el cerebro. Algunas veces regresan el cerebro, en otras solo colocan una toalla de papel, o tal vez las Ultimas Noticias para mantener la forma de la piel. En esta ocasión regresaron el cerebro. Cuando estaban manejando la masa encefálica de un lado al otro, dije: «Mira ese cerebro- puede ser que haya contenido pensamientos de maldad, y como sea que haya sido juzgado, ahora ya tiene una presencia distinta».
Cuando me lo regresaron, lo coloque en una silla y le tome unos retratos allí sentado. Luego me pase con el una hora y media hasta que se vio como San Sebastián. Se miraba como una persona que tenía elegancia. Sus dedos, lo juro, habían crecido como cincuenta porciento. Se veía elegantes. Eran los dedos mas elongados que le haya yo jamas visto a un hombre. Parecía que deseaban alcanzar la eternidad.
MORAL Y MORTANDAD
Pienso que la mayoría de las personas no están conscientes que la mortalidad tiene que ver con la vida y la muerte. Desde luego que no todo tiene que ver con el trabajo duro de la existencia, si no de lo que ocurre en la vida.
Cada momento es una decisión moral. Hay un código de moralidad en cada uno de nuestros corazones, y es una cuestión de encontrar nuestros destinos y el propósito de esos destinos. Esta vida es un sitio para ensayar, debiera de ser un ensayo sublime.
Seamus Heany, que recién acaba de ganar el premio Nobel de literatura, dijo «La finalidad del arte es la paz». Me parece una frase admirable. La razón por la que vamos a Museos y la razón por la que admiramos cosas bellas es porque ya no hay muchas cosas bellas allá afuera. Pienso que los Museos se han convertido en un especie de nuevo centro religioso, como centro espiritual de la vida secular.
Hay esta gran historia que me dijeron acerca de un andariego que iba por el desierto. Y en uno de sus recorridos de repente escucha a la distancia el choque de acero contra rocas. Se dirige hacia el sitio de donde parten esos ruidos, y se encuentra a dos hombres rompiendo piedras en el desierto. Se acerca a uno que al parecer estaba muy enojado, y le pregunta ¿ que estas haciendo ? y el hombre responde «estoy rompiendo piedras». El andariego se acerca al otro hombre que también estaba haciendo lo mismo, pero que no estaba enojado, y al preguntarle que era lo que el estaba haciendo, le respondió «estoy construyendo una catedral».
Michael Sand
Originalmente publicado en la revista WORLD ART/96.
The Raft of George W. Bush, 2006, 2006