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sábado, 28 de noviembre de 2020

Helmut Newton (1920-2004)

Helmut Neustädter— (31 de octubre de 1920 - 23 de enero de 2004) fue un fotógrafo australiano de origen alemán que se considera uno de los más importantes del siglo XX.1

Crea un nuevo estilo propio en sus fotografías, las que están repletas de glamour y seducción, donde predominan los desnudos femeninos y los tacones de aguja.

De origen judío, nació en Berlín, en el año 1920. Compró su primera cámara en 1932 con sus ahorros, a la edad de 12 años: era una Agfa Tengor Box. La cámara venía con carrete. Sus primeras fotos fueron en el metro, y todas las fotos se velaron, a excepción de una. En 1938, justo cuando comenzó la persecución contra los judíos, abandonó Alemania hacia Singapur con dos cámaras, una Kodak y una Rolleicord. A su llegada a Singapur, la comisión encargada de recibir a los refugiados le consiguió un trabajo como fotógrafo en uno de los diarios2 más importantes de Singapur, el Straits Times. Es ahí donde comenzó su carrera fotográfica. Su trabajo consistía en hacer fotos para la sección de sociedad; el estilo de las fotografías de Helmut Newton no gustaban en el periódico, y fue despedido al poco tiempo.

Helmut Newton no gozaba del apoyo de su padre. Si no hubiera tenido que huir a Singapur, su padre habría insistido en que él trabajase en su fábrica de botones.

De Singapur fue deportado a Australia. Y al ser alemán, estuvo un período en un campo de internamiento. Posteriormente fue alistado por el ejército australiano hasta el final de la II Guerra Mundial. Después de abandonar el ejército, cambio su apellido Neustädter por Newton.

Después de la guerra, puso su propio estudio de fotografía en Melbourne y continuó ese punto. Es por esa época cuando conoció a la que más tarde sería su mujer, June Browne. Más tarde, para completar su formación en el campo de la moda, marchó a Londres por dos años. Dejando atrás su etapa en Londres, viajó a París para trabajar en revistas especializadas en moda como Vogue o Elle. Tras tanto viajar, es en París donde fijó su residencia habitual. Allí, su carrera como fotógrafo de moda empieza a tener reconocimiento mundial, convirtiéndose en uno de los de más éxito. Los últimos años de Newton discurrieron entre las ciudades de Nueva York y Montecarlo.

El trabajo de Newton tiene un estilo propio que hace reconocer su obra por donde se la observe. Fotos llenas de glamour, seducción y elegancia han sido portada de las más prestigiosas revistas. Son famosas las fotos de bellas mujeres en ambientes lujosos donde algunas de ellas se han convertido en una imagen icónica del siglo XX. Newton fue un enamorado de la belleza, la que casi obsesivamente lograba captar como nadie con su cámara.

Para conocer parte de sus obras —objetos personales tales como cámaras, bolsas de material y artículos usados para fotografiar—, se puede visitar la Fundación Helmut Newton, Museum für Fotografie, Jebensstrasse, Berlín.

El 23 de enero de 2004, Helmut Newton muere en un accidente de tráfico en Los Ángeles. Además de su enorme legado fotográfico, nos ha dejado su autobiografía, que se ha publicado recientemente en castellano (Helmut Newton, autobiografía, ISBN 84-933036-3-1).

Del 24 de marzo de 2012 al 17 de junio de 2012, el Grand Palais de París acogió la primera retrospectiva de Helmut Newton. Se expusieron 200 fotografías seleccionadas por su mujer, June Newton. Además de las fotografías, se proyectó un fragmento de un documental grabado por June; en él, June contesta, como sigue, a la pregunta de si alguna vez se ha sentido celosa por el trabajo de su marido:«Solo me preocupé una vez, cuando empezó a fotografiar flores; en concreto, flores muertas.» Jude Newton

En este mismo video, Helmut Newton explica lo que es para él una buena fotografía de moda:«Una buena fotografía de moda debe parecer cualquier cosa menos una fotografía de moda: un retrato, una foto recuerdo, una de paparazzi...»


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Helmut Newton: El romántico perverso que cambió para siempre la fotografía de moda.

El documental The Bad and the Beautiful realiza un recorrido por la intersección entre arte y moda, filtrada siempre por el objetivo de una figura tan controvertida como admirada.

La gran maldición que acompañó al artista germano-austríaco Helmut Newton durante los últimos años de su vida fue comprobar cómo su nombre se volvía sinónimo de un estilo, el porno chic, que realmente no le interesaba. O, al menos, no le llenaba tanto como otras vertientes de su obra: los paisajes nocturnos, por ejemplo, o las fotografías de amantes pillados in fraganti por su siempre preciso objetivo. En lugar de eso, y tal como los primeros minutos del documental Helmut Newton: The Bad and the Beautiful se encargan de subrayar, su legado para el mundo de la moda consiste en una serie de figuras femeninas imponentes-pero-sumisas, casi siempre ataviadas con tacones de aguja (y poco más), posando lágidamente en mitad de alguna fantasía fetichista en impactante blanco y negro. Es un universo extremo de perversiones, pero también una celebración del placer. O, al menos, de lo que la mirada impelablemente masculina de un esteta sin ataduras entendía por placer.


Gero von Boehm, director del documental, entiende que su objeto de estudio es una figura increíblemente polémica, por lo que se niega a tomar partido por ninguno de los dos bandos en los que parece polarizarse hoy en legado de Newton: por un lado, quienes piensan que la expresión artística no debe entender de cortafuegos morales o ataduras políticamente correctas; por otro, quienes sostienen que lo que intentaba hacer pasar por una experiencia sensorial elevada no era sino pornografía y misoginia encubiertas. El propio autor se definió en varias ocasiones como feminista, algo que la mismísima Susan Sontag se encargó de tirarle a la cara durante una aparición en la televisión francesa (recuperada por Von Boehm para The Bad and the Beautiful). La ambivalencia de series tan célebres como la que le dedicó a David Lynch e Isabella Rossellini en 1988 resulta muy interesante: Newton bebe de su Terciopelo azul (1986) para capturarlos en una pose de evidente dominación masculina con ecos a la propia película, pero al mismo tiempo se asegura de capturar una suerte de confianza mutua, incluso una corriente de extraño cariño entre dos personas que, recordemos, eran pareja por aquel entonces. Como el cine de Lynch, la fotografía de Newton nos confronta con ciertas pulsiones inconfesables del alma humana, razón por la que la obra de ambos se ha expuesto de manera conjunta en varias ocasiones.

Tal como vemos en el documental, las controvertidas políticas sexuales de Helmut Newton empezaron a desarrollarse a mediados de los años setenta, fruto tanto de una investigación independiente como de una respuesta concreta a las demandas de la industria de la moda. El porno chic no surgió de la noche a la mañana, sino que su principal apóstol solo tuvo que sintonizar sus antenas creativas en una emisora que muchas de las principales revistas y diseñadores estaban construyendo por su cuenta. La colección Dressed and Naked (1981) marcó su transición decisiva hacia el desnudo entendido como una de las bellas artes, disciplina que realmente no abandonó hasta el final de su vida. Desde su base de operaciones (la ciudad de Los Angeles, especialmente el Chateau Marmont), Newton se puso como meta vital fotografiar una suerte de evangelio de la seducción que no escondiese en ningún momento sus parafilias personales, por muy agresivas que pudieran parecer a simple vista. Nadie como él para provocar al establishment, pues nadie antes que él se atrevió a incorporar miembros prostéticos, sillas de montar, mordazas o bolsas de plástico sobre unos labios luchando por respirar a sus sesiones. Como Edgar Allan Poe o Dario Argento, Newton creía en el erotismo de la belleza femenina muerta. Sus modelos podrían parecer maniquíes sin vida, pero también cadáveres aún calientes en una escena del crimen sacada de una vieja peli noir. Eros y Tánatos, la misma historia de siempre. Solo que nunca lució tan bien en una sala de exposiciones o un editorial de Vogue.

The Bad and the Beautiful incluye testimonios a cámara de algunas de sus principales colaboradoras a ambos lados del photoshoot: Charlotte Rampling, Grace Jones, Claudia Schiffer, Marianne Faithfull o Anna Wintour explican las contradicciones de alguien que, en imágenes de archivo, asegura haber elaborado un corpus creativo en el que las mujeres siempre ostentan posiciones de poder y los hombres, si acaso aparecen, son meros accesorios. Puedes aceptar esa versión de los hechos, pero también puedes escuchar a Rossellini teorizando sobre cómo el arte de Newton refleja la forma en que muchos hombres heterosexuales se sienten con respecto al eterno femenino. Fascinación subyugante, sí, pero también una oscura necesidad de poseer y controlar aquello que nos es ajeno. En un artículo para The Guardian, Lindsay Baker lo definió como una suerte de romanticismo perverso. En realidad, sus fotos no desnudaban únicamente a las modelos, sino también a la propia psique del autor.

Una nota de Noel Ceballos para GQ españa






David Lynch & Isabella Rossellini by Helmut Newton



Tom Ford 1999




Ornella Mutti


Sigourney Weaver on the Warner Bros. Lot, Burbank, 1983

Helmut Newton

Mónica Bellucci


miércoles, 18 de julio de 2018

Heike Ollertz: «Berlin Architektur»

Heike Ollertz

Berlin Architektur


Andreas Lang: «Untitle»

Andreas Lang

Untitle

John Femino: «Rock»


John Femino 
Rock 
1969

Este ejercicio era como fundamental en mis años de formación, el control de la exposición, el revelado preciso, donde el negro que tiene texturas las tuviera, donde pudieras ver la escala de grises. Sin olvidar el ritmo de la imagen y por supuesto un mensaje claro y una libre interpretación de la imagen de parte del receptor, para armar un dialogo visual. 

André Kertész (1894-1985)

Kertész en Nueva York en 1982






 André Kertész (Budapest, Hungría, 2 de julio de 1894 - Nueva York, Estados Unidos, 28 de septiembre de 1985) fue un fotógrafo húngaro. Es conocido por sus contribuciones a la composición fotográfica y por sus esfuerzos para establecer y desarrollar el ensayo fotográfico. Durante los primeros años de su carrera, sus trabajos no fueron apreciados debido a sus ángulos poco ortodoxos y a su deseo de conservar un estilo fotográfico personal. Incluso al final de su vida Kertész consideró que no había obtenido el reconocimiento que merecía. Actualmente, es considerado una de las figuras más influyentes del periodismo fotográfico.

Primeros años


Self-Portrait in the Hotel Beaux Arts 1936.

Andor Kertész nació el 2 de julio de 1894 en Budapest, hijo de la familia judía de Lipót Kertész, un vendedor de libros, y Ernesztin Hoffmann.3 Andor, a quien sus amigos llamaban «Bandi"», fue el segundo de tres hijos. Cuando su padre murió de tuberculosis en 1908, Ernesztin quedó sin fuentes de ingresos para cuidar de sus hijos Andor, Imre y Jenő. Afortunadamente, su hermano Lipót Hoffmann ayudó a la familia y fue como un padre para los niños. Los Kertész se mudaron a la casa campestre de Lipót en Szigetbecse. Allí Kertész tuvo una vida relajada, rodeado de paisajes pastorales que más tarde influenciarían su carrera.

Lipót pagó los estudios de Kertész en la Academia de Comercio hasta su graduación en 1912. Posteriormente, se aseguró de que fuera contratado como corredor de bolsa. A diferencia de su hermano Imre, quien trabajó en la bolsa de valores hasta su muerte en 1957, Kertész no tuvo ningún interés por esta carrera. En cambio, se sentía atraído por la idea de ilustrar revistas y por actividades como la pesca y la natación. Las fotografías que observaba en revistas lo llevaron a soñar con ser un fotógrafo. También fue influenciado por varias pinturas de Tihanyi Lajos y Gyula Zilzer y por la poesía.

Periodo húngaro

En 1912, cuando tuvo suficiente dinero, Kertész compró su primera cámara (una cámara rectangular ICA),5 6 a pesar de las protestas de su familia para que continuara su carrera en los negocios. Durante su tiempo libre, Kertész empezó a tomar fotografías a los campesinos locales, a los gitanos y a los paisajes de la Gran Llanura Húngara. Se cree que su primera fotografía fue Niño durmiendo, Budapest, 1912, aunque sus trabajos no se empezaron a publicar hasta después de 1917, cuando era un miembro de ejército austrohúngaro en la Primera Guerra Mundial. Sus fotografías fueron publicadas por primera vez en la revista Érdekes Újság. Kertész aprendió por sí mismo como usar una cámara. Para 1914 su estilo distintivo y maduro era evidente (por ejemplo, Eugene, 1914).

En 1914, a los 20 años, fue enviado al frente de batalla, donde tomó fotografías de la vida en las trincheras con una cámara ligera (una Tenax de Goerz).5 Desafortunadamente, la mayoría de estas fotografías fueron destruidas durante la revolución húngara de 1919. En 1915, fue herido por una bala y su brazo derecho quedó paralizado temporalmente.

Kertész fue enviado a un hospital militar en Budapest, pero más tarde fue transferido a Esztergom, donde continuó tomando fotos, incluyendo un autorretrato con el que participó en un concurso de la revista Borsszem Jankó. La obra más conocida de éste periodo es Nadador bajo el agua, Esztergom, 1917, la única fotografía que sobrevive de una serie que muestra nadadores cuya imagen es distorsionada por el agua. Está serie provocó que Kertész se interesara en distorsiones, lo que lo llevó a realizar una serie llamada Distorsiones a principios de los años 1930.

Kertész permaneció lejos del campo de batalla durante el resto de la guerra. Finalizada ésta, regresó a trabajar en la bolsa de valores. Allí conoció a su futura esposa, Erzsebet Salomon (quien más tarde cambiaría su nombre por Elizabeth Saly). Durante este periodo y durante el resto de su carrera, Elizabeth sería modelo para muchas de sus fotografías.

Kertész continuó dedicando su tiempo libre a la fotografía y tomó numerosas fotografías con su hermano Jenő como modelo. No satisfecho con su trabajo en la bolsa de valores, a principios de los años 1920 abandonó su carrera para dedicarse a la agricultura y la apicultura. Sin embargo, esta aventura fue de corta duración debido al desorden político y al comunismo en la zona rural húngara.

Luego de regresar a su trabajo como corredor de bolsa, Kertész decidió abandonar Hungría, principalmente para escapar de su estilo de vida, pero también para unirse a una de las escuelas fotográficas de Francia. Sin embargo, su madre lo persuadió para que no se marchara. Su sueño de salir de Hungría no se realizaría hasta varios años después. Mientras tanto, siguió trabajando en la bolsa y dedicándose a la fotografía en su tiempo libre.

En 1923, la Asociación de Fotógrafos Aficionados de Hungría le ofreció una medalla de plata por una de sus fotografías, pero con la condición de que ésta debería ser impresa usando el proceso de bromoleotipia. Kertész rehusó utilizar este proceso y rechazó la medalla, aceptando sólo un diploma de la asociación.

Sin embargo, fue recompensado cuando una de sus fotografías apareció en la portada de la revista Érdekes Újság en el número del 26 de junio de 1925. La revista ya había reproducido una de sus fotografías en el número del 25 de marzo de 1917, pero ésta fue la primera vez que una foto de Kertész apareció en portada. Para entonces ya estaba decidido a trasladarse a París y así poder usar elementos artísticos de la ciudad.

Periodo francés

Kertész emigró a París en septiembre de 1925 en contra de los deseos de su madre, dejando atrás a sus hermanos, a Elizabeth y a su tío Lipót, quien murió poco después. Su hermano Jenő también emigró a Argentina, pero Elizabeth permaneció en Hungría hasta que Kertész se pudiera establecer en París. Kertész fue uno de los muchos artistas que emigraron del Imperio Austrohúngaro, como François Kollar, Robert Capa, Emeric Fehér y Brassaï. Otros artistas también inmigraron durante este periodo: es el caso de Man Ray, Germaine Krull (quien participó en algunas exhibiciones con Kertész) y Lucien Aigner, entre otros. En París, Kertész obtuvo éxito comercial y de crítica realizando publicaciones en revistas y posteriormente trabajos por encargo para varias revistas europeas. Fue el primer fotógrafo en realizar una muestra individual cuando Jan Slivinsky organizó una serie de exposiciones individuales para treinta fotógrafos en la Gallerie Au Sacre du Printemps en 1927.

Tras su llegada a París, Kertész cambió su nombre por el de André, que usaría durante el resto de su vida. Por entonces muchos fotógrafos estaban interesados en el dadaísmo, el cual se estaba convirtiendo en un movimiento artístico considerable, especialmente en Francia. Kertész pronto conoció a varios miembros del movimiento y se relacionó con ellos. Además, contactó y visitó a otros fotógrafos y artistas húngaros mientras estaba en París. Más adelante, realizaría exposiciones junto a algunos de estos artistas. Kertész disfrutaba particularmente visitando a sus amigos escultores y también le impresionaba el cubismo. Durante su tiempo libre retrató a varios artistas, incluyendo a los pintores Piet Mondrian y Marc Chagall, la escritora Colette y el cineasta Sergéi Eisenstein. En 1928, Kertész dejó de usar cámaras con placas y adquirió una Leica; rápidamente, se acostumbró a su nueva cámara. Éste periodo, especialmente a finales de los años 1920, fue uno de los más productivos de su carrera, ya que tomaba fotografías diariamente y publicaba varias de estas en revistas. También dividía su tiempo cuidadosamente entre encargos y su fotografía personal. En 1930, Kertész ganó una medalla de plata por sus servicios a la fotografía en la Exposition Coloniale en París.

Varias revistas francesas como VU y Art et Médecine publicaron fotos hechas por Kertész, muchas de las cuales fueron usadas en portadas. Kertész trabajó frecuentemente junto al editor de la revista Vu, Lucien Vogel, quien publicaba sus fotografías sin comentarios y le dejaba realizar reportajes sobre temas diversos. Kertész disfrutaba viajar en París y sus alrededores tomando fotografías relacionadas con el tema que Vogel le asignara. En 1933, le encargaron realizar una de sus más famosas series fotográficas titulada Distorsiones: una serie de 200 fotografías de dos modelos desnudos (un hombre y una mujer) en distintas poses frente a varios espejos cóncavos y convexos. En algunos casos la imagen de los modelos, Najinskaya Verackhatz y Nadia Kasine, aparecía tan distorsionada que sólo algunas extremidades o facciones eran reconocibles en la fotografía. Algunas de las fotos de esta serie aparecieron en el número del 2 de marzo de la revista Le Sourire y posteriormente en el número del 15 de septiembre de 1933 de Arts et métiers graphiques. Kertész publicó el libro Distorsiones con todas las fotografías más adelante ese mismo año.

Luego de la publicación de su primer libro de fotografías, Enfants (dedicado a Elizabeth y a su madre, quien había muerto poco antes), en 1933, Kertész publicó varios libros de fotografía. Su siguiente libro, Paris, fue publicado en 1934 y fue dedicado a sus hermanos Imre y Jenő. Nos Amies les bêtes (Nuestros amigos los animales) fue lanzado en 1936 y Les Cathédrales du vin (Las catedrales de vino) en 1937.

Aunque su familia no lo sabía, Kertész se había casado con una fotógrafa francesa llamada Rosza Klein (también conocida como Rogi André) a finales de los años 1920. El matrimonio duró muy poco y Kertész nunca habló sobre el tema hasta su muerte para no desilusionar a Elizabeth. En 1930, viajó a Hungría para visitar a su familia, pero regresó a París poco después. Elizabeth se mudó con él en 1931, a pesar de la oposición de su familia, y la pareja no se separaría a partir de entonces. Contrajeron matrimonio el 17 de junio de 1933 y Kertész empezó pasar menos tiempo con sus amigos artistas y fotógrafos para estar con su esposa.

Cuando Kertész se casó, el Partido Nazi estaba adquiriendo poder en Alemania. Esto provocó que las revistas empezaran a publicar reportajes sobre política. Muchas revistas dejaron de publicar fotografías de Kertész, ya que no tenían relación alguna con temas políticos. A partir de entonces Kertész empezó a recibir menos comisiones, por lo que, con el consentimiento de Elizabeth, planeó mudarse a Nueva York para trabajar con la agencia Keystone de Ernie Prince. En 1936, ante la amenaza de la Segunda Guerra Mundial y la falta de trabajo, Kertész y Elizabeth embarcaron en el SS Washington rumbo a Manhattan.

Periodo estadounidense

Kertész llegó a Nueva York el 15 de octubre de 1936 con la intención de reavivar su inspiración y darse a conocer como fotógrafo en los Estados Unidos. La pareja se estableció en el Beaux Arts Hotel en Greenwich Village. Desde su llegada, Kertész descubrió que la vida en los Estados Unidos era más difícil de lo que había imaginado. Más tarde se referiría a éste periodo de su vida como una «absoluta tragedia.» Ahora no tenía a sus amigos artistas de Francia y las personas en Estados Unidos no eran tan amables cuando los fotografiaban como la gente en París. Poco después de su llegada, Kertész contactó a Beaumont Newhall, el director del departamento fotográfico del Museo de Arte Moderno de Nueva York, quien estaba preparando una exposición titulada Photography 1839–1937. Sin embargo, cuando Kertész le ofreció algunas de las fotografías de Distorsiones, Newhall las criticó, lo que ofendió a Kertész. A pesar de eso, Newhall expuso las fotografías.6 En diciembre de 1937, Kertész realizó una exhibición individual en la PM Gallery. Su situación empeoró cuando la agencia Keystone le hizo pasar la mayor parte del tiempo trabajando en el estudio de la compañía, a pesar de haberle ofrecido transporte a diferentes lugares para que realizara periodismo fotográfico.2 Kertész trató de visitar Francia, pero no tenía dinero. Para cuando había ahorrado suficiente, la Segunda Guerra Mundial ya había empezado, lo que imposibilitó el viaje. Sus problemas con el inglés también le afectaron. En Francia había sobrellevado su incapacidad para hablar francés, pero en Nueva York, donde se sentía como un forastero, sus problemas con el lenguaje tuvieron un efecto mayor.

Sintiéndose cada vez más frustrado con la ciudad, Kertész dejó Keystone luego de que su jefe Ernie Prince abandonara la compañía en 1937. Posteriormente, la revista Harper's Bazaar le encargó fotografías para un artículo sobre la tienda de departamentos Saks Fifth Avenue para su número de abril de 1937.3 Kertész continuó trabajando con la revista, además de aceptar comisiones de Town & Country para complementar sus ingresos. La revista Vogue le ofreció un trabajo, pero él rechazó la oferta, ya que temía que no pudiera fotografiar en un estudio como se acostumbraba en el mundo de la moda. En cambio, aceptó un trabajo en la revista Life. Su primera obra para ellos fue una pieza llamada The Tugboat (El Remolcador). A pesar de las instrucciones recibidas, Kertész no se limitó a fotografiar remolcadores, sino todo el muelle y sus actividades. Debido a esto, Life rehusó publicar sus fotos. Nuevamente, Kertész se sintió frustrado con la ciudad y su industria fotográfica.

En el número del 25 de octubre de 1938 de Look, la revista publicó una serie de fotografías de Kertész llamada A Fireman Goes to School, pero los créditos le fueron dados a Ernie Prince, su antiguo jefe. Kertész, enfurecido, contempló la posibilidad de no volver a trabajar para ninguna revista. Sin embargo, sus fotografías aparecieron en la revista Coronet en 1937, pero en 1939 se desilusionó cuando la revista no incluyó ninguna de sus fotos entre las seleccionadas para el número especial Fotografías más memorables de Coronet. Posteriormente, Kertész daría por finalizada su relación con la revista y su editor Arnold Gingrich. La situación se repitió en el número de junio de 1941 de Vogue, dedicado a las fotografías en honor de Condé Montrose Nast, fundador de Condé Nast Publications. A pesar de haber realizado más de treinta ensayos fotográficos para Vogue y House & Garden, Kertész no apareció en la lista de fotógrafos. Ese mismo año Kertész y Elizabeth fueron declarados enemigos extranjeros, ya que ambos portaban pasaportes húngaros, por lo que no se le permitió fotografiar exteriores ni nada relacionado con la seguridad nacional. Más tarde, le tomarían las huellas digitales. Kertész dejó de realizar encargos y abandonó la fotografía durante tres años, ya que no quería ser arrestado ni tener problemas políticos para no perjudicar a Elizabeth, quien había iniciado un negocio de cosméticos (Cosmia Laboratories) con un amigo húngaro.

Elizabeth obtuvo la ciudadanía estadounidense el 20 de enero de 1944 y su esposo el 3 de febrero.2 5 A pesar de la fuerte competencia con otros fotógrafos como Irving Penn, Kertész continuó realizando encargos. Aunque no fue incluido entre los sesenta y tres fotógrafos del «árbol genealógico fotográfico» de Vogue (el cual incluía los fotógrafos más importantes de la era), fue contratado por House & Garden para realizar una comisión de Navidad. En junio de 1944, László Moholy-Nagy le ofreció un puesto como profesor en la New Bauhaus - American School of Design, pero Kertész rechazó la oferta. En 1945, lanzó un nuevo libro de fotografías llamado Day of Paris, el cual incluía fotografías que había tomado justo antes de abandonar Europa. El libro fue un éxito de crítica. Kertész aceptó un contrato de larga duración con House & Garden en 1946. Aunque el contrato restringía su trabajo editorial y le obligaba a pasar la mayor parte del tiempo en el estudio, se le pagaban US $10.000 y le devolvían todos los negativos después de seis meses.

Aunque los temas que podía fotografiar eran limitados, Kertész fue enviado a varios lugares y casas famosos. Incluso realizó viajes internacionales, visitando Inglaterra, París y Budapest. Entre 1945 y 1962, más de 3.000 de sus fotografías fueron publicadas en House & Garden y se volvió conocido en la industria fotográfica. Sin embargo, realizó pocos trabajos personales durante este periodo.

Últimos años y muerte

Kertész realizó una exposición individual en el Art Institute of Chicago, compuesta principalmente por fotos de la serie Day of Paris. Frecuentemente se refería a éste como uno de sus mejores momentos en los Estados Unidos. Ésta fue su última muestra hasta 1962, cuando algunas de sus fotografías fueron expuestas en la Long Island University. Durante el periodo que pasó trabajando para House & Garden, Kertész se sintió insultado nuevamente cuando su trabajo no apareció en la famosa exposición de Edward Steichen The Family of Man en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1955. A finales de 1961, rompió su contrato con Condé Nast Publishing debido a un altercado menor. Kertész, liberado de las restricciones que imponía la revista, trató de volver a la escena fotográfica internacional. Esta parte de su vida es conocida como el periodo internacional, ya que ganó fama internacional y realizó exhibiciones en varios países. En 1963 participó en la IV Mostra Biennale Internazionale della Fotografia en Venecia y más tarde en ese año hizo una exposición en la Biblioteca Nacional de Francia en París. En Venecia recibió una medalla de oro por su dedicación a la industria fotográfica. Posteriormente visitaría a su hermano Jenő en Argentina.

Durante este periodo Kertész experimentó con fotografías en color, aunque sólo realizó unas cuantas de éstas. En 1964 Kertész realizó una exposición individual en el Museo de Arte Moderno, poco después de que John Szarkowski se convirtiera en el director de fotografía del museo. La exposición fue aclamada por la crítica y a raíz de ello Kertész fue considerado en los círculos fotográficos como una figura de relevancia. En 1952, se mudó con su esposa a un apartamento cerca del Washington Square Park. Allí Kertész tomó algunas de sus mejores fotografías desde que había llegado a los Estados Unidos. Las fotos, realizadas con teleobjetivo, mostraban el parque cubierto de nieve con numerosas siluetas y huellas.

Durante los años venideros, además de participar en numerosas exhibiciones por todo el mundo, también recibió varios premios: en 1965, fue nombrado miembro de la American Society of Media Photographers; en 1974 le fue otorgada la Beca Guggenheim y se le nombró Comandante de la Orden de las Artes y las Letras; en 1977, recibió el Mayor's Award of Honor for Arts and Culture en Nueva York; en 1980, se le otorgó la Médaille de la Ville de Paris (Medalla de la Ciudad de París); y en ese mismo año ganó el primer Premio Anual de la Association of International Photography Art Dealers. En 1981, recibió un doctorado honorario del Bard College y recibió por segunda ocasión el Mayor's Award of Honor for Arts and Culture. Kertész produjo varios libros durante este periodo y recuperó varios de los negativos que había dejado en Francia años atrás.

Durante sus últimos años, Kertész viajó a varios países con motivo de sus exposiciones, especialmente a Japón, y logró restablecer sus relaciones con otros artistas. Elizabeth murió de cáncer en 1977. Para sobrellevar la pérdida, Kertész empezó a pasar más tiempo con sus amigos, visitándolos algunas noches para conversar. Para entonces, ya había aprendido inglés básico y hablaba con sus amigos una extraña mezcla de inglés, húngaro y francés. En 1979 Polaroid le regaló una de sus nuevos modelos SX-70, cámara con la cual experimentó durante los años 1980. En 1982, se le otorgó el Gran Premio Nacional de Fotografía en París y ganó el 21° Premio Anual George Washington de la American Hungarian Foundation. Su agente, Susan Harder, trató activamente de que otros reconocieran las contribuciones de Kertész a la historia de la fotografía. En 1983, Kertész recibió un doctorado honorario del Royal College of Art. En ese mismo año fue nombrado Caballero de la Legión de Honor y se le otorgó un apartamento para sus futuras visitas a París. Otros de los reconocimientos que recibió son: el Annual Lifetime Achievement Award del Maine Photographic Workshop (1984), el Californian Distinguished Career in Photography Award (1985), el primer Annual Master of Photography Award del International Center of Photography (1985) y un doctorado honorífico de la Parsons The New School for Design. Además de estos reconocimientos, el Museo Metropolitano de Arte compró 100 de sus fotografías en 1984, la mayor adquisición de fotografías de un artista vivo realizada por un museo.

Kertész murió en su hogar mientras dormía, el 28 de septiembre de 1985. Sus restos fueron cremados y enterrados junto a los de su esposa.


 Photographer André Kertész at Work c.1927 by Rogi André

«I do not document anything, I give an interpretation.»
 André Kertész.
« Yo escribo con luz» - André Kertész
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New York by André Kertész, 1944


The Tender Touch, Bilinski 1915
 © The Estate of André Kertész



Displaced People 1916
 © The Estate of André Kertész


Wandering Violinist, Abony, Hungary 1921
 © The Estate of André Kertész


Feeding the Ducks in the Late Afternoon, Tisza Szalka 1924
 © The Estate of André Kertész


Montmartre 1927 
 © The Estate of André Kertész

Meudon, Paris 1928 
 © The Estate of André Kertész

Fete Foraine, Paris 1931
 © The Estate of André Kertész

Rue des Ursins 1931 
 © The Estate of André Kertész


Distortion 1933 
 © The Estate of André Kertész


Poughkeepsie, New York 1937 
 © The Estate of André Kertész


Sixth Avenue, New York 1959 
 © The Estate of André Kertész


The White Horse, New York 1962 
 © The Estate of André Kertész


New York 1966 
 © The Estate of André Kertész



Rue de Vaugirard, 1931


Ossip Zadkine, 1926


Distorsion, 1932-1933


Circus, Budapest, 1920




Irving Penn, un portafolio (muestra)








Dorian Leigh and Maurice Tillet, 1945



martes, 17 de julio de 2018

Mauro Rombi: «Poetto 12»

Mauro Rombi

Poetto 12

La geometría y el color, un abstracto geométrico, inciden mucho los colores de Kodak, aunque no sea la intención, el amarillo en el siglo pasado siempre fue un referente de Kodak con Agfa, por qué pienso más en Kodak que en Agfa en esta imagen, probablemente me hable más del caribe y que a espaldas de Mauro estaba el azul del mar. 

  

Mauricio Amador «Morfología familiar»



Mauricio Amador (Monterrey-México,1994)

Seleccionado para la exposición colectiva Imágenes Emergentes en la Casa de la Cultura; y en la Tercera Muestra Universitaria de Arte Contemporáneo en Monterrey.

«Con el proyecto Morfología Familiar intento encontrar respuestas a cuestionamientos como: ¿Qué tan importantes son los vínculos familiares para nuestra época? ¿Qué tan pública es nuestra intimidad? ¿Soy lo que mi familia pretende ser a través de las imágenes conservadas? ¿O en realidad solo estoy intentando inventar memorias que le den sentido a mi actualidad?»

El joven talento mexicano, ha obtenido diferentes premios y ESPACIO GAF, nos presenta su portafolio en su última entrega y me llama la atención que su trabajo a la vez de ser una corriente muy fuerte en la fotografía contemporánea por no decir moderna, además de hacer uso del photoshop como elemento técnico que lo distingue el uso del color rompe con esa tendencia mundial, aunque no deja de apuntar hacia el Pop Art, habrá que estar pendientes de su evolución.

Steve Schapiro: « Freedom Bus Riders»

Steve Schapiro

 Freedom Bus Riders

 Summer of ’64, Oxford, Ohio, courtesy High Museum of Art


Pendiente la traducción y síntesis 

Schapiro was born in 1934 in New York City. He discovered photography at the age of nine. Soon he decided to devote himself to photojournalism. One of his role models at the time was the French photographer Henri Cartier-Bresson.

Schapiro took lessons with W. Eugene Smith, an influential photographer during the Second World War. Smith taught him the technical skills and showed him how to develop his own views of the world and of photography. Schapiro’s work reflects the influence of his teacher.

In 1961 Schapiro began working as a freelance photographer. His photos were published in Life, Vanity Fair, Sports Illustrated, Newsweek, Time and Paris Match.

The political, cultural and social changes of the 1960s in the United States were an inspiration for Schapiro. He accompanied Robert Kennedy during his presidential campaign and captured key moments of the civil rights movement such as the March on Washington for Jobs and Freedom or the Selma to Montgomery marches. Schapiro not only worked in the fields of photojournalism and documentation, but also became a real activist. This is, for instance, visible in his way of documenting the hard lives of immigrant workers from Arkansas he dealt with in 1961.

In the 1970s, Schapiro focused more on film set photography. Having taken photos of Midnight Cowboy (1968), among them also a famous one of Dustin Hoffman, he was hired as a photographer by Paramount Pictures. He photographed on the set of The Godfather (1972) by Francis Ford Coppola with a cast including Marlon Brando, Al Pacino, James Caan and Robert Duvall. One of his photographs is of "Marlon Brando and the Cat". Schapiro was also present at the film set of Chinatown (1974) by Roman Polanski. Two years later, Schapiro was – by request of Robert De Niro – hired as a photographer on the set of Martin Scorsese's movie Taxi Driver (1976).

Schapiro captured key moments of modern American history with his photos that also reflect his own social and human awareness.

Edith Gerin: «Immeubles démolis»



Edith Gerin 
Immeubles démolis (Demolished Buildings)
13th Arrondissement
Paris 1954


lunes, 16 de julio de 2018

Horst P. Horst «Mainbocher Corset»



Horst P. Horst
American/German, 1906–1999
Mainbocher Corset, 1939
Gelatin silver print


Lucien Clergue: «Histoire d'A»

Lucien Clergue

Histoire d'A

Lucien Clergue descubrió el poder de la cámara en su adolescencia difícil. Presenció la destrucción de su casa familiar por las bombas de la II Guerra Mundial, y sufrió la prolongada enfermedad y muerte de su madre.

Desarrolló gran parte de su carrera tomando imágenes que representan la pérdida, la enfermedad, la muerte y la decadencia. Sus obras más conocidas son torsos desnudos femeninos de mediados de los 50 y hasta los 70, así como imágenes de corridas de toros en Arles, donde conoció a Picasso, que ejerció como apoyo para su obra más temprana.

Su obra más tardía se desarrolló como abstracciones orgánicas de arena. Su obra está muy influida por la mitología la aventura y lo que él llama “La mentalidad del hombre mediterráneo”.

En 1969 instauró los Recontres Internationales de la Photographie en Arles, este evento ha continuado creciendo y está considerado como uno de los más famosos festivales de arte en el mundo.

Su esposa fundó un museo de arte contemporáneo en Arles, que homenajeando a Van Gogh llamó Vincent Van Gogh Foundation.